Sosa Azpurua, de las prisas sólo queda el cansancio

Desde mayo de 2017, Juan Carlos Sosa Azpurua viene proponiendo una agenda de 20 puntos que debería acometer la Asamblea Nacional venezolana para finalizar la pesadilla del gobierno comunista. Entre otras cosas, Sosa Azpurua propone designar nuevos magistrados del TSJ y un gobierno de transición.

Los 20 puntos de Sosa Azpurua son aplastantemente lógicos, pero tienen que hacerse en el momento oportuno porque van a disparar una reacción que, si no podemos contrarrestarla, van a terminar con el mismo resultado que el 11A y con Venezuela sumida en 50 ó 60 años de dictadura comunista como Cuba.

Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.

Ya se hizo el punto Nº 1 (desconocimiento del gobierno, llamamiento a la insurrección civil por el art. 350) y a lo mejor ya es momento de ejecutar el punto 2. Espero que los que están tomando decisiones tengan la información necesaria y construyan una buena estrategia, porque hasta ahora la única fuerza que tenemos es la lucha heroica de los jóvenes en la calle.

La guerra nos trae extraños aliados. Se puede actuar con cólera y resentimiento y rechazar al chavismo disidente, pero seguro que en esas condiciones, el núcleo duro del chavismo criminal nos va a aplastar a nosotros y a los disidentes. Todo lo que sume contra el establecimiento de la tiranía debe ser bienvenido aunque tengamos que taparnos la nariz. ¿O es que los Aliados en la II Guerra Mundial eran un banco uniforme de hermanitas de la caridad?

Designar un gobierno alternativo supone que hay alguien a quien nombrar como presidente transitorio. No se puede designar a cualquiera, esa designación requeriría del concierto (y el apoyo) de muchos sectores, incluyendo el militar. Por otra parte, organizar a la fuerza armada desde afuera es imposible. La fuerza armada tiene una organización natural y la única forma de interrumpir la cadena de mando natural es sustituir los eslabones que tengan que ser removidos por incurrir en delitos. No se puede conseguir que una linea de mando sea leal a un gobierno precariamente designado sin tener los elementos de mando y de comando que quieran ser leales.

No se puede decretar el desarme de los colectivos y paramilitares. La gente no se desarma por decreto. ¿Qué fuerza militar o policial va a enfrentarse a los colectivos para desarmarlos? La gente no es tonta y no regala su vida a cambio de nada.

No hace falta enumerar en un decreto las penas por los delitos como si no estuvieran ya tipificados en el código penal y fuera necesario un decreto para convalidarlos.

En resumen, los veinte puntos son «wishful thinking», puro voluntarismo. Aplicar los veinte puntos sin tener los mecanismos para que se ejecuten es como defenderse de unos asaltantes con un arma que tiene el cañón dañado. A lo mejor dispara, a lo mejor no dispara y lo peor es que a lo mejor explota y te sale el tiro por la culata.

Published byYván Ecarri

Ingeniero en Computación por la Universidad Simón Bolívar, Venezuela. Realizó estudios de Master en Gerencia de la Tecnología en la misma universidad y del Máster Europeo en Ingeniería de Software de la Universidad Politécnica de Madrid. Fue candidato al Congreso de los Diputados (España) Partido Libertario y es Coordinador Internacional del Movimiento Libertario de Venezuela.

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