El liberalismo como marco de referencia ética para la convivencia

Es muy importante comprender que el liberalismo (y el libertarismo, o incluso en anarcocapitalismo) es un marco ético de referencia mínimo. En otras palabras, ser liberal/libertario/anarcocapitalista no lo hace a usted automáticamente bueno.
 
Este marco permite que las sociedades se organicen en función de valores comunes. Esas formas de organización pueden incluir la aceptación voluntaria y contractual de ciertas normas de conducta que, si bien caben perfectamente dentro del modelo liberal/libertario/anarcocapitalista no son del agrado de todos.
 
Yo sostengo que desde el punto de vista utilitario, mientras más abierta y tolerante es la sociedad, más bienestar produce, pero al mismo tiempo, tengo ciertos valores morales por los que discrimino a las personas por sus acciones. Yo elijo no convivir con quienes maltratan cruelmente a los animales como perros, gatos; etc… habrá quienes elijan no relacionarse con cualquiera que coma carne animal; no es mi caso, pero es una postura válida. Hay quienes eligen no relacionarse con homosexuales, transexuales, etc. En este sentido, hay que separar de forma clara y meridiana aquellos que discriminan por la condición de ser, de aquellos que discriminan por las acciones. Discriminar a una persona por su condición de ser, si bien es consistente con la filosofía liberal en tanto no se agreda; puede ser cuestionable por tratarse de una discriminación basada en prejuicios y no en resultados. Por ejemplo, es consistente con el liberalismo/libertarismo/anarcocapitalismo discriminar a las personas por su color de piel, por su peso, por su talla, por según sean diestros o zurdos, por su preferencia sexual, etc; pero todas esas formas de discriminación se basan en prejuicios sobre la condición de ser; no en las acciones y resultados de una persona. Tiene más sentido la discriminación de los veganos contra los carnívoros porque al menos en el caso de los carnívoros puede alegarse que hay seres que resultan perjudicados por sus acciones, por sus costumbres y por su forma de vida.
 
En cuanto al aborto y el infanticidio, existen dentro del libertarismo básicamente dos posturas: los contractualistas y los iusnaturalistas. Los primeros aseguran que el derecho surge de la capacidad para cumplir los compromisos. Si un ente no es capaz de contratar (comprometerse, cumplir, hacerse responsable de sus actos y de sus consecuencias) no es sujeto de derecho. Los segundos argumentan que la condición humana otorga de origen unos derechos que son inalienables, por tanto, todo ente humano es sujeto de derecho aunque no pueda responder por sus decisiones. Dentro de este grupo se establecen divisiones según el momento en que consideran que un ente es humano: algunos, al momento de la fecundación; otros al momento en que el feto es viable; otros en el nacimiento. Es un problema que no tiene solución racional (en otras palabras, es una cuestión moral). Uno puede creer que un embrión de 7 semanas ya es un ser humano, aunque científicamente la evidencia muestra que se trata de un organismo limitado, sin conciencia y biológicamente equivalente a un pez o un reptil.
 
Yo creo en la tesis antropocéntrica de que el derecho se deriva de la relación un sujeto con otros. Esa relación puede ser antagónica o empática; y ambas posiciones son fuentes potenciales de derecho. Por empatía, yo te concedo derecho porque te reconozco, me identifico con el ente sensitivo (senciente) y consciente que hay en ti. Por anatgonismo, yo hago valer mi derecho porque puedo defenderme de ti y puedo responder con fuerza y violencia a tus agresiones. Este es un tema en el que reflexiono de forma recurrente para tratar de identificar alguna fuente de derechos distinta, pero hasta ahora no lo he conseguido.
 
En conclusión, la base moral del liberalismo no es suficiente para decidir su un acto es bueno y éticamente correcto, sólo es un marco de referencia para la convivencia pacífica.

Published byYván Ecarri

Ingeniero en Computación por la Universidad Simón Bolívar, Venezuela. Realizó estudios de Master en Gerencia de la Tecnología en la misma universidad y del Máster Europeo en Ingeniería de Software de la Universidad Politécnica de Madrid. Fue candidato al Congreso de los Diputados (España) Partido Libertario y es Coordinador Internacional del Movimiento Libertario de Venezuela.

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